¿Cómo organizarnos?

¿Cómo organizarnos?

Actualmente, y tal y como demuestran las últimas huelgas y movilizaciones, el estudiantado se ha visto obligado a caminar bajo la bandera de organizaciones sindicales que, valiéndose de su influencia en las esferas políticas y mediáticas del régimen español, han podido dirigir a miles de estudiantes. Como consecuencia, sus luchas se han visto reducidas a simples trámites legales y “paseos” infinitos por las calles de nuestro país. Estas organizaciones encuadran a los estudiantes en “asambleas” cuya finalidad exclusiva es la emisión de información, pues todo lo relevante es decidido en cúpulas totalmente inaccesibles para el resto del estudiantado. Las únicas funciones que pueden ser desempeñadas por los estudiantes son, por tanto, la recepción de información (de manera unilateral) y el acompañamiento a estas cúpulas en sus correspondientes caminatas, cuyas fechas son, por supuesto, competencia propia de dicho grupo. Esta estructura verticalista y antidemocrática ha venido provocado la desorganización del movimiento estudiantil en general, lo que actualmente puede verse reflejado en la incapacidad a la hora de organizar una misma y coordinada respuesta por parte de todos los estudiantes ante los sucesivos ataques a los derechos que hemos conquistado históricamente en la lucha.

Como vemos, no puede producirse jamás la unidad efectiva o darse una respuesta a la altura de los acontecimientos sin la participación y organización propia de los estudiantes, ajenos a los intereses de los partidos clásicos y de sus brazos sindicales, los cuales son utilizados continuamente según los intereses políticos de los primeros y en el marco de su circo electoral.  Por tanto, se hace necesaria la organización estudiantil desde la base y la horizontalidad, donde se haga participe de los acontecimientos sociales y políticos relacionados con la educación al máximo número posible de estudiantes, y donde sean éstos los únicos actores posibles dentro de esta forma organizativa De este modo, se garantiza una mínima democracia y transparencia que nos permite avanzar en el proceso de unidad fraternal del estudiantado, comenzando por nuestra propia ciudad y centros de estudio y ampliándose hacia el ámbito estatal.

No existe una forma más concreta en la que se materialice lo anteriormente expuesto que las asambleas de estudiantes en los centros educativos, donde la unión democrática y la igualdad de todos los alumnos y alumnas permite la creación de un espacio de intercambio de ideas, de movilización y presión constante, así como una posibilidad abierta de propagar las distintas problemáticas de los estudiantes y de los jóvenes con el fin de extender la información y la formación a cada uno de nosotros. La creación de dichas asambleas permite, entre otras cosas, el fomento de charlas y debates donde propagar estas y otras ideas con el fin de que sustituyan a la antigua ideología burguesa que concibe a la educación como un concepto al margen de la lucha de clases, así como la creación de conciencia acerca de que sólo los estudiantes obreros organizados unidos a su propia clase pueden crear las condiciones políticas necesarias para subvertir la situación y arrancar a la clase dominante el poder político y económico.

Por otra parte, se hace necesario trabajar a la vez por la coordinación de todas estas asambleas para la construcción de un movimiento estudiantil único y fuerte en nuestra ciudad, así como para contribuir a hacer posible la unidad estudiantil a nivel estatal. Para ello, debemos ocuparnos desde el primer momento por organizar las redes necesarias con el fin de hacer posible esta coordinación que nos permita sumar fuerzas, crear focos de presión mayores y hacer posible la solidaridad.

Junto a ello, debemos mantener una incesable lucha frente a todos aquellos que atentan contra esta forma de organización democrática y que nos lanzan, de este modo, a un movimiento de estructura vertical que es ajeno para la mayoría y que trae como consecuencia la desmovilización estudiantil por falta de representación. Se convierte así en deber de los estudiantes el señalar y mantenerse alerta contra estas maniobras gestadas por determinados sindicatos y partidos que vienen a robar el protagonismo de los mismos como sujetos propios, socavando los deseos de lucha de estos estudiantes mediante falsas y continuas huelgas y “movilizaciones” superficiales que no se orientan a la creación de la presión necesaria para la defensa de sus intereses. 

En resumen, es condición indispensable para la creación de un verdadero movimiento estudiantil por la defensa de nuestros intereses como estudiantes de la clase trabajadora el comprender que sólo una amplia red de asambleas de estudiantes coordinadas que permitan el crecimiento organizativo garantiza la unidad necesaria para este cometido, y que ello conlleva tanto trabajar para la propagación de  información de interés para el estudiantado como la denuncia constante de aquellas fuerzas que, bajo su interés político, pretenden utilizarnos e instrumentalizarnos. De esta forma, se asegurará la representatividad, la solidaridad y la consolidación de un camino fuerte que permita certificar las respuestas de resistencia estudiantil a la altura de los acontecimientos y ante la ofensiva del capital contra los intereses de la mayoría.





No hay comentarios:

Publicar un comentario