¿Qué es la Ley Lomce, el 3+2 y el plan Bolonia?

¿Qué problemáticas nos trae la Ley Lomce, el 3+2 y el plan Bolonia?

Problemática Ley LOMCE

·    Los centros de tipo concertado obtienen la posibilidad de separar a los alumnos por sexo, al viejo estilo franquista.

·   El consejo escolar se convierte en un mero órgano de consulta sin capacidad de decisión.

   Se crean dos reválidas (en secundaria y en bachillerato) donde aprobar se hace necesario para obtener los títulos pertinentes, a pesar de que se haya sacado nota suficiente al cierre de cada etapa. Estas reválidas (pruebas tipo examen) son utilizadas para crear un ranking de centros educativos y clasificar a los alumnos en diferentes categorías con el objeto de especializar a los centros, fomentando de esta manera la segregación y atentando contra la diversidad.

·  Los responsables de nombrar al director provendrán mayoritariamente de la Administración y no del propio centro de estudios. Así mismo, el director obtiene todas las competencias de decisión que pertenecían al consejo escolar, con la posibilidad de contratar personal “a dedo” saltándose las listas oficiales y socavando, así, la calidad educativa y la democracia.

·      Eliminación del programa de garantía social (programa que daba solución al abandono de los estudios por parte de aquellos estudiantes que no habían podido conseguir los resultados suficientes en secundaria) y su sustitución por un curso de dos años conocido como “formación profesional básica”, que se impartirá preferentemente de forma privada o concertada y nos dotará de un título inferior al graduado escolar de secundaria. De esta manera, se articula todo un negocio alrededor de las personas con más dificultades para completar los estudios mínimos. Así mismo, éstas podrán ser incorporadas al mercado laboral como personal de baja cualificación, facilitando aún más su explotación.

·      En cuarto de la ESO se crearán dos tipos de modalidades: una “académica” orientada al bachillerato y estudios universitarios y otra “aplicada” orientada a la formación profesional media. Ello conlleva la especialización desde una edad muy temprana, facilitando el rápido abandono de la escuela y animando a no continuar con estudios de carácter más avanzado.

·     Las lenguas cooficiales, lenguas maternas como para los cordobeses el castellano, pero para los compañeros de Vigo el gallego o para los de Bilbao el euskera, serán relegadas a materias optativas y quitadas del contenido común en estos lugares, atentando así contra la identidad cultural y lingüística de nuestros compañeros de otras naciones.

·   Se elimina la selectividad y se sustituye por pruebas o entrevistas individuales creadas por las propias universidades, atentando así contra una medida igualitaria y dejando a criterio de la universidad la aceptación de un tipo u otro de estudiante. En un contexto de mercantilización de la Universidad, esta medida se muestra como la “pesca” selectiva de alumnos por partes de empresas según sus propias necesidades.

Esta medida sólo demuestra que no quieren que aprendamos, sino que seamos útiles y baratos para el trabajo, para el capital.


Problemática decreto 3 + 2

         Esta medida reduce a 3 años el grado universitario y aumenta a 2 años el máster. Con esto, se reduce el campo público obligándote a cursar un máster preferentemente en la Universidad privada, pues sin él un título de grado universitario queda prácticamente en nada. El master tiene un alto precio que deriva del aumento de créditos (cada crédito cuesta de media 60 euros), pues se prolonga un año más. El resultado es que el estudiante deberá abonar un total de 2.000 euros por año (4.000 en total) si desea cursar un máster.

Este decreto se produce en un contexto de subidas de tasas universitarias, de aumento de requerimientos para ser beneficiario de ayudas y becas educativas y de reducción de estás, haciendo inaccesibles tales estudios para muchos estudiantes de la clase trabajadora, lo que provoca que en estos últimos tres años se hayan perdido 86.000 matrículas en las universidades españolas según datos del Ministerio de Educación en 2015.

Todo esto contribuye a la expulsión de miles de estudiantes de la Universidad por no poder asumir los costes de la misma. Con ello, la oligarquía obtiene al mismo tiempo fuerza de trabajo menos cualificada que se ve convertida en mano de obra barata. En estas circunstancias tiene lugar también la “privatización” de la Universidad, haciendo posible incrementar el negocio de la educación al desviar alumnos al master privado, negocio que pertenece en muchos casos a monopolios educativos propiedad de la Iglesia.


Problemática Plan Bolonia

·         El plan Bolonia decía que “con el cambio en la metodología docente, la educación se basará en la investigación por parte de los alumnos, guiados por los profesores de forma personalizada a través de tutorías.”, pero esto ha resultado ser otra mentira: las clases continúan impartiéndose de forma “magistral” para un gran auditorio que es forzado a asistir. Así mismo, a los profesores les es imposible ofrecer tutorías al 100% de los alumnos, dejando al estudiantado sin orientación ni pautas marcadas.

·         El sistema de Grados y Postgrados convierte la licenciatura en un título académico genérico y de poco valor, oir que se necesita cursar un máster para poder optar a un puesto de trabajo de la profesión en concreto. Dicho máster, como se ha señalado anteriormente, se caracteriza por un coste muy elevado que se acentúa aún más con la medida 3 + 2.

·      Los nuevos créditos ETCS no sólo tienen en cuenta las horas lectivas, sino las horas dedicadas al estudio y los trabajos hechos en casa. Esto imposibilita compaginar un trabajo laboral con los estudios universitarios dada la cantidad de tiempo que se exige fuera del horario lectivo y la obligatoriedad de la asistencia a clase. Esto conlleva que aquellas personas que no pueden pagar la universidad y que tampoco pueden para ello incorporarse a un puesto de trabajo dada la dificultad para compatibilizar ambas labores, se vean expulsadas de la misma.

·         El plan Bolonia prometía reducir el número de alumnos por aula, sin embargo, se ha dado justo lo contrario: una masificación cada vez más evidente e insostenible, especialmente en aquellas materias en las que coinciden alumnos de nueva matriculación con aquellos que aún deben aprobarla.

   Queda claro que en la práctica el plan Bolonia supuso el inicio de un proceso de elitización de la enseñanza superior con el gradual aumento de las tasas y la reducción de becas de todo tipo, barreras que impiden el acceso a la Universidad a los estudiantes de la clase trabajadora.

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