¿Qué es la educación en España?

¿Qué es la educación en España?


La educación tiene una utilidad práctica, es decir, sirve para algo. En este caso, objetivamente hablando, la educación en España sirve para formarnos en según qué labores y trabajos, así como para transmitirnos unas ideas y hacer de nosotros un modelo determinado de persona, por lo que responde a los intereses de quienes tienen la propiedad sobre dichas labores y trabajos. Veremos que la educación no es ningún derecho regalado bondadosamente por los capitalistas y su Estado, pues tiene su utilidad y les sirve de beneficio, de ahí que sea obligatoria y acabe justo cuando la persona está mínimamente formada para engrosar los ejércitos de empleo y desempleo.

En España la educación se compone de dos sectores: la educación privada y la educación pública. La primera de ellas es a donde acceden las clases pudientes, que a pesar de ser una minoría reciben cuantiosas ayudas por parte del estado. Aquí se forman cómodamente los explotadores de futuro, los cuales suelen salir de la escuela con un buen puesto de trabajo bajo el brazo. Por su parte, la educación pública, que cumple la tarea de educar a las amplias masas populares, es la mejor forma que encuentra el estado burgués de imprimir sus ideas en los hijos de la clase obrera desde una edad muy temprana. Es decir, siendo los capitalistas los que tienen el poder socio-político y económico en España, son ellos los que intentan que sus ideas estén presentes en todos los reductos humanos posibles. Con ese fin, utilizan las escuelas como tuberías por las que transmitir su ideología a la amplia población de la clase obrera, pues como dijo Marx "la escuela es una fábrica de ideología burguesa". De esta forma, en muchos casos se castiga cualquier intento de pensamiento crítico con el sistema dentro de la escuela, incluso llegando esto a materializarse en expulsiones u otras medidas represivas dependiendo de la persona a la que se le aplique. La escuela se convierte así en una jaula mental que se va soldando a cada minuto que pasamos dentro de las aulas de los capitalistas.

La educación está íntimamente relacionada con la economía ya que es una parte de ella, es decir, es una inversión del estado capitalista para convertir a chavales y chavalas jóvenes en futuros obreros a los que los capitalistas (dueños del estado burgués) saquen el máximo beneficio posible cuando estos obreros ex estudiantes se incorporen al mercado laboral, por lo que no se trata de un servicio gratuito y bondadoso como cierta izquierda nos quiere hacer ver. Por el contrario, es una inversión de los capitalistas que recae directamente sobre sus futuras plantillas laborales, sus trabajadores. Cada estudiante se convertirá, por tanto, en un producto casi terminado que trabajará obedientemente bajo los salarios precarios que sus dueños los capitalistas le quieran imponer cuando éste se incorpore al mercado laboral. Dicho producto, convertido ya en obrero, comenzará entonces a generar una serie de beneficios con su trabajo e impuestos, lo que supone que para el estado burgués ese estudiante haya sido rentabilizado y revalorizado, es decir, su valor económico y productivo se ha elevado para el conjunto de la sociedad capitalista. Es en esta fase en que la educación es parte total de la economía en la que no nos podemos sorprender si ésta se reestructura de acuerdo a las exigencias de la propia economía, ya que no puede ser de otra forma. Por eso, no se trata de gobiernos peperos”, de gobiernos “psoeros” o incluso de gobiernos izquierdosos (aunque lleven coleta), sino que la raíz del problema está ubicada en la economía y las relaciones del estado burgués con la clase capitalista y la clase obrera, traduciéndose ésta en la propiedad privada de los medios de producción (de los instrumentos de trabajo).

Ante esta nefasta situación no podemos luchar por una “educación pública, gratuita y universal”, pues se trata de una frase con un contenido equivoco. Podemos vernos en la arena social por mejorar las condiciones en las que nos educan, podemos vernos por obligar a los gobiernos a tomar una posición más progresista en cuanto a la cuestión educativa se refiere, podemos exigirles sacar la religión de la escuela capitalista, pero a través de estos simples métodos de lucha no conseguiremos acabar con la función y utilidad de la educación burguesa en sí, que es la reproducción social de la clase obrera y la inoculación de la ideología dominante. Es decir, no podemos conseguir mediante la lucha dentro del marco capitalista (lo expuesto anteriormente) la construcción de una educación para todos, popular, obrera etc. La única forma viable para ello es, como hemos visto, la destrucción de la relación educación-producción social del trabajo-riqueza privada, ya que, mientras exista una clase dominante que ostenta la propiedad privada de los medios de producción con sus evidentes intereses económicos, existirá una masa asalariada que necesita ser formada para cumplir tales labores productivas y, con ello, una educación enfocada a dichos intereses para que esta minoría privilegiada pueda obtener el máximo beneficio posible creando obreros acordes a sus necesidades. Sólo acabando con la propiedad privada y sustituyéndola por la propiedad comunal podemos crear un tipo de educación totalmente diferente y totalmente libre de intereses económicos.

Construyendo el socialismo, imponiendo la voluntad de la mayoría trabajadora, socializando los medios de producción, eliminando los intereses económicos minoritarios; daremos luz, a su vez, a esa nueva educación ansiada por las capas populares a lo largo de la historia.

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